Matthew 9:18-38 : Reina-Valera Spanish | SearchSearch | Next Version| Previous Page | Next Page |

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Mateo 9 18Hablando él estas cosas á ellos, he aquí vino un principal, y le adoraba, diciendo: Mi hija es muerta poco ha: mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.

19Y se levantó Jesús, y le siguió, y sus discípulos. 20Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre doce años había, llegándose por detrás, tocó la franja de su vestido: 21Porque decía entre sí: Si tocare solamente su vestido, seré salva. 22Mas Jesús volviéndose, y mirándola, dijo: Confía, hija, tu fe te ha salvado. Y la mujer fué salva desde aquella hora.

23Y llegado Jesús á casa del principal, viendo los tañedores de flautas, y la gente que hacía bullicio, 24Díceles: Apartaos, que la muchacha no es muerta, mas duerme. Y se burlaban de él. 25Y como la gente fué echada fuera, entró, y tomóla de la mano, y se levantó la muchacha. 26Y salió esta fama por toda aquella tierra.

27Y pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: Ten misericordia de nosotros, Hijo de David.

28Y llegado á la casa, vinieron á él los ciegos; y Jesús les dice: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dicen: Sí, Señor.

29Entonces tocó los ojos de ellos, diciendo: Conforme á vuestra fe os sea hecho.

30Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa. 31Mas ellos salidos, divulgaron su fama por toda aquella tierra.

32Y saliendo ellos, he aquí, le trajeron un hombre mudo, endemoniado. 33Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y las gentes se maravillaron, diciendo: Nunca ha sido vista cosa semejante en Israel.

34Mas los Fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.

35Y rodeaba Jesús por todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y todo achaque en el pueblo. 36Y viendo las gentes, tuvo compasión de ellas; porque estaban derramadas y esparcidas como ovejas que no tienen pastor. 37Entonces dice á sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. 38Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros á su mies.Other Versions